Aerotermia y salud del aire interior

Tradicionalmente, la climatización se ha centrado en mantener una temperatura de consigna. Sin embargo, el verdadero confort y la salud en el hogar con un sistema de aerotermia dependen de la Calidad del Aire Interior (IAQ), donde la humedad y la filtración juegan un papel crucial.

La aerotermia, especialmente cuando se combina con emisores hidrónicos (agua) o sistemas de ventilación, se convierte en un gestor activo del bienestar, ofreciendo ventajas superiores a la calefacción tradicional.

El control de la humedad en la aerotermia

El cuerpo humano es sensible tanto a temperaturas extremas como a niveles de humedad inadecuados.

Modo refrigeración y deshumidificación

En verano, la aerotermia no solo enfría, sino que deshumidifica el aire. Al pasar el aire por el fancoil frío, el vapor de agua se condensa y se drena. Esto es vital, ya que un aire fresco pero muy húmedo genera sensación de agobio y calor sofocante.

Rango de confort

El rango ideal de humedad relativa se sitúa entre el 40 % y el 60 %. La aerotermia ayuda a mantener este equilibrio.

Evitando sequedad

A diferencia de otros sistemas de calefacción por convección directa que pueden resecar el ambiente en invierno, el suelo radiante o techo radiante impulsados por aerotermia mantienen una temperatura más estable y suave, contribuyendo a niveles de humedad más confortables.

Emisores hidrónicos: flujo del aire limpio

• Los sistemas de emisión conectados a la aerotermia tienen un impacto directo en la higiene y el bienestar del aire.

Suelo y techo radiante (Cero ruido, cero polvo): Estos sistemas climatizan por radiación, no por convección de aire forzado. Esto significa que:

• No generan corrientes de aire que arrastren polvo, ácaros o alérgenos.

Son totalmente silenciosos, eliminando el estrés acústico asociado a algunos splits.

• Fancoils y Filtrado Avanzado: Los fancoils son la única parte del sistema que mueve aire.

Los modelos modernos están diseñados con filtros de alta eficiencia (similares a los de los aires acondicionados, a veces incluso tipo HEPA), capaces de atrapar partículas PM2.5, polen y bacterias, purificando el aire que circula.

Integración con VMC: el eje de la IAQ y la salud estructural

La mayor contribución de la aerotermia a la IAQ se logra al integrarse con sistemas de Ventilación Mecánica Controlada (VMC).

1. Renovación Constante: La VMC de doble flujo asegura la renovación constante del aire interior, eliminando CO₂, COVs (Compuestos Orgánicos Volátiles) y otros contaminantes generados por la vida diaria (cocinar, respirar, productos de limpieza).
2. Prevención de Mohos: Al controlar la humedad y renovar el aire, se previene la condensación en paredes frías, eliminando el riesgo de aparición de moho, que es altamente perjudicial para la salud respiratoria.

Conclusión

La aerotermia ofrece una capa de bienestar que va mucho más allá del simple control de la temperatura. Al operar sobre un circuito de agua, permite un control preciso de la humedad, un factor clave para el confort térmico y la prevención de problemas respiratorios.

Su integración con sistemas radiantes (suelo/techo) elimina las corrientes de aire, el ruido y la recirculación de polvo, mientras que la combinación con VMC garantiza una renovación de aire constante y saludable. Invertir en aerotermia es, por lo tanto, una inversión directa en la calidad del aire interior (IAQ) y en la salud integral de sus ocupantes.

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