Publicado el 26 Nov 2025. Leer este artículo te llevará menos de 10 minutos
Entender a partir de qué consumo es rentable instalar placas solares es una de las preguntas más habituales cuando una familia o empresa se plantea dar el paso al autoconsumo. Aunque muchas veces se busca una cifra exacta, la realidad es que la rentabilidad depende tanto del volumen de consumo como del momento en el que se produce, del precio del kWh, de la compensación de excedentes y, en general, del modo de vida energético de cada usuario.
Como son muchos factores y quizás con alguno no estés muy familiarizado, hacemos creado este post para ayudarte a entender cuándo empiezan a resultar rentables las placas solares y por qué. ¿Vamos?
Índice de Contenidos
Para comprender a partir de qué consumo es rentable placas solares, es importante empezar por el concepto de rentabilidad. Una instalación solar se considera rentable cuando el ahorro producido en la factura eléctrica compensa el coste inicial de la instalación en un periodo razonable. Ese periodo de amortización suele situarse entre cuatro y siete años según la zona, el consumo y el tamaño de la instalación. Cuando ese plazo termina, prácticamente toda la energía que se produce tiene un coste marginal muy reducido, lo que permite ahorrar durante más de veinte años, ya que la vida útil de un panel solar supera los veinticinco años.
La rentabilidad depende de cuánta energía deja de comprarse a la red y cuánta puede producir el usuario de forma autónoma. Este punto es esencial, porque no se trata solamente de consumir mucho, sino de consumir de manera que permita aprovechar la generación solar.
La pregunta a partir de qué consumo es rentable placas solares tiene una respuesta orientativa: a partir de consumos de entre 2.500 y 3.000 kWh anuales. Esta horquilla equivale a hogares con facturas medias de entre 60 y 120 euros mensuales, dependiendo del precio del kWh contratado. Sin embargo, esta cifra debe tomarse como punto de partida y no como norma rígida, porque dos viviendas con el mismo consumo anual pueden tener niveles de rentabilidad muy diferentes si sus horarios y hábitos energéticos no coinciden.
La razón por la que los 3.000 kWh anuales suelen mencionarse como referencia es que, a partir de esa cantidad, el ahorro generado por los paneles solares suele superar con facilidad los 40 o 50 euros mensuales. Esto permite reducir de forma considerable el plazo de amortización, incluso en instalaciones pequeñas, y obtener un retorno de la inversión sólido y estable.
Una idea habitual es pensar que si una vivienda tiene un consumo bajo no merece la pena instalar energía solar. Sin embargo, esto no siempre es así. Una vivienda con 2.000 kWh anuales puede ser rentable si los hábitos se concentran durante el día, si hay teletrabajo, si la vivienda cuenta con electrodomésticos eléctricos de uso frecuente o si existe una previsión de aumento del consumo futuro, como la instalación de aerotermia o un vehículo eléctrico.
También es importante considerar que el precio de la la luz sube año tras año. Por eso, incluso consumos relativamente modestos pueden amortizar la instalación en un plazo razonable y, posteriormente, generar un ahorro sostenido durante al menos sus 25 años de vida útil.
Instalar placas solares es una decisión acertada cuando el consumo anual supera los 2.500 o 3.000 kWh, pero también cuando los hábitos de consumo permiten aprovechar la generación solar, cuando la vivienda o empresa dispone de espacio suficiente para una instalación eficiente, o cuando se quiere proteger el gasto energético ante futuras subidas del mercado eléctrico. Además, las subvenciones activas para placas solares en muchos municipios y comunidades autónomas reducen la inversión necesaria y convierten la energía solar en una opción aún más competitiva.
El ahorro que generan las placas solares depende de muchos factores, pero existe una aproximación bastante fiable. Consumir entre 2.500 y 3.000 kWh al año suele traducirse en ahorros anuales de entre 300 y 500 euros. Un hogar que supera los 4.000 o 5.000 kWh suele alcanzar ahorros de entre 600 y 900 euros al año. Y las viviendas con consumos que se acercan a los 6.000 kWh anuales o más pueden superar con facilidad los mil euros de ahorro anual.
Esto explica por qué el consumo es un punto clave: cuanto más consume un hogar o empresa, más energía puede sustituir mediante generación fotovoltaica propia.
Aunque la pregunta a partir de qué consumo es rentable placas solares es útil como guía, la rentabilidad depende de otros elementos que conviene entender.
El primero es el coste de la instalación. Una instalación extremadamente barata no necesariamente proporciona más rentabilidad; al contrario, puede generar menos energía o degradarse más rápido. Lo relevante no es pagar lo mínimo, sino obtener el mayor rendimiento energético por kilovatio instalado.
La compensación de excedentes también influye. La energía sobrante que se inyecta a la red se descuenta en la factura, y aunque el valor es menor que el de la energía consumida, permite reducir la factura incluso cuando no se está en casa durante las horas de sol.
Otro factor esencial es la batería. Aunque incrementa el coste inicial, puede elevar el aprovechamiento de la instalación hasta niveles cercanos al 90 %, especialmente en hogares con hábitos nocturnos. Y no se puede olvidar el impacto de las subvenciones, deducciones de IBI, bonificaciones de ICIO y ayudas autonómicas, que reducen significativamente la inversión necesaria y acortan los plazos de amortización.
Para entender realmente a partir de qué consumo es rentable placas solares, es fundamental tener en cuenta que el horario en el que se realiza ese consumo es decisivo. Las placas producen energía durante las horas de sol y esa energía, cuando se utiliza en tiempo real, se convierte en autoconsumo directo. El autoconsumo directo es la manera más rentable de aprovechar una instalación solar porque sustituye kilovatios que habrían sido comprados a la red, cuyo precio es siempre superior al valor al que se compensan los excedentes.
Un hogar que consume gran parte de su energía por la mañana y por la tarde obtiene más rentabilidad que un hogar que concentra su consumo por la noche, incluso si ambos consumen lo mismo en términos anuales. Este factor explica por qué dos casas con 2.500 kWh anuales pueden tener resultados tan distintos: lo importante no es solo cuánto se consume, sino cuándo.
Tomemos como referencia una vivienda que consume 3.800 kWh al año. Para este perfil, una instalación de unos 3,5 kWp puede generar entre 4.500 y 5.000 kWh al año dependiendo de la zona geográfica. Con una inversión aproximada de entre 5.000 y 6.000 euros y un ahorro anual estimado en torno a 650 euros, el tiempo de amortización se sitúa entre cinco y seis años. La rentabilidad posterior durante la vida útil del sistema supera fácilmente los diez mil euros.
Un segundo ejemplo sería una vivienda que consume 2.000 kWh al año, pero cuyos habitantes teletrabajan y concentran buena parte del gasto eléctrico entre la mañana y la tarde. En este caso, la rentabilidad no depende tanto del total anual, sino del porcentaje de autoconsumo directo. Una instalación pequeña puede generar ahorros de entre 350 y 400 euros al año, lo que lleva la amortización a periodos de siete u ocho años, especialmente si se aplican ayudas municipales o autonómicas.
Otro caso común es el hogar con consumo nocturno predominante. Aunque no es el escenario ideal para una instalación sin batería, incorporar un sistema de almacenamiento permite desplazar parte de la energía solar al horario nocturno, incrementando el autoconsumo real y reduciendo la dependencia de la red. La amortización puede ser algo más larga, pero en términos de estabilidad, independencia energética y control del gasto, el resultado sigue siendo positivo para muchos usuarios.
En empresas, la rentabilidad depende del consumo total anual y de la coincidencia entre producción solar y actividad empresarial. Como regla general, una empresa con consumos superiores a 15.000 kWh anuales obtiene rentabilidades muy elevadas. Sectores como el hotelero, las gasolineras, las empresas de frío industrial o los parkings presentan perfiles de consumo muy compatibles con la energía solar.
La actividad durante las horas de sol, el funcionamiento continuo de equipos eléctricos y la estabilidad de la demanda energética hacen que la amortización en estos casos sea especialmente rápida. Además, la disponibilidad de cubiertas amplias facilita instalar potencias mayores que maximizan el retorno de la inversión.
En SotySolar analizamos a fondo el perfil de consumo de cada vivienda y empresa para determinar exactamente cuánta energía puedes producir, cuánto puedes ahorrar y cuál será tu periodo real de amortización. Diseñamos instalaciones a medida, optimizadas para maximizar el autoconsumo y reducir tu dependencia de la red. Además, nos encargamos de toda la tramitación, la legalización y el acompañamiento posterior para que disfrutes de tu instalación sin complicaciones. Si quieres saber con precisión cuán rentable sería la energía solar en tu caso, podemos prepararte un estudio completo y gratuito basado en tus hábitos y tu consumo real.
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Elena Fernández
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